top of page

Opinión

  • Facebook - Black Circle
  • Twitter - Black Circle
  • Instagram - Black Circle

Cuando San Francisco deja de ser santo

Instantánea de la calle San Francisco. Maitane Gajate

Alba PÉREZ

El otro día conocí a unos chicos recién llegados a Bilbao. Una buena mañana sentados en una terraza tranquilamente tomando un café mientras charlábamos, se me ocurrió pronunciar esas dos palabras, San y Francisco, San Francisco, todo junto. En ese momento su gesto cambió completamente. “Ese es uno de los barrios más peligrosos de toda España” dijeron, “lo vimos en una lista” añadieron.

Unos años atrás, durante mi primer año en la universidad, conocí a una chica que se alojaba en la residencia Blas de Otero en la calle Cortes. Un día de compras me dijo: "Quiero comprarme un bolso grande para poder ir a la Uni con el ordenador, cuando paso por el barrio con la funda del portátil tengo miedo de que me lo roben". “No soy racista ni nada de eso”, añadió al ver mi mirada fulminante. Pues no, probablemente no lo fuera, pero su pensamiento no hubiera sido el mismo si por las calles caminaran hombres trajeados con pinta de adinerados y no 'negros', 'moros' y 'gitanos'.


Esto es así señores y señoras, hasta yo misma me sorprendí el otro día guardando mi cámara de fotos en la mochila. Y os aseguro que no soy racista, o por lo menos no conscientemente. Eso es, conscientemente. No mucha gente va por ahí predicando que es racista, pero en el fondo, todos lo somos un poco. "Yo no" dirá una voz en vuestras cabecillas después de leer la frase. Está bien, os creo, yo no soy nadie para juzgaros. Pero decidme si nunca habéis preferido tener un muñeco blanco a uno negro cuando erais pequeños, o si nunca habéis mirado con extrañeza o simplemente mirado a una persona con características físicas un poquito diferentes a las vuestras.

No estoy diciendo que tengáis que ir por ahí predicándolo, pero esto pasa. ¿Por qué? os preguntaréis. Lo cierto es que no lo sé. Pero supongo que las películas donde los negros son los malos, los anuncios plagados de occidentales guapos o los líderes políticos echando la culpa de nuestros problemas a personas que lo único que han hecho ha sido huir de su país en guerra en busca de un futuro mejor, sí Señor Trump, puede darse por aludido, no han contribuido a eliminar este estigma.

Lo único que espero es que cuando dentro de unos años llegue gente nueva a Bilbao no echen a temblar al escuchar esas dos palabras: San Francisco.

bottom of page